España,también denominado Reino de España, es un país soberano, miembro de la Unión Europea, constituido en Estado social y democrático de Derecho y cuya forma de gobierno es la monarquía parlamentaria. Su territorio, con capital en Madrid, ocupa la mayor parte de la Península Ibérica, al que se añaden los archipiélagos de las Islas Baleares (en el mar Mediterráneo occidental) y de las Islas Canarias (en el océano Atlántico nororiental), así como en el norte del continente africano las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, además de los distritos y posesiones menores de las islas Chafarinas, el peñón de Vélez de la Gomera y el peñón de Alhucemas. El municipio de Llívia, rodeado totalmente por territorio francés, en los Pirineos, completa el conjunto de territorios junto con la isla de Alborán, las islas Columbretes y una serie de islas e islotes frente a sus propias costas.
Tiene una extensión de 504.645 km², siendo el cuarto país más extenso del continente, tras Rusia, Ucrania y Francia.Con una altitud media de 650 metros es uno de los países más montañosos de Europa. Su población es de 46.951.532 habitantes, según datos del padrón municipal de 2010.
De acuerdo con la Constitución Española, el castellano o español es la lengua oficial del Estado y todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.En 2006, era la lengua materna del 89% de los españoles. Otras lenguas, también españolas, son reconocidas como cooficiales en diversas comunidades autónomas, conforme a los estatutos de autonomía. La Constitución reconoce que las modalidades lingüísticas de España son uno de sus patrimonios culturales, objeto de especial respeto y protección.
La Economía española es la 9ª economía mundial en términos de PIB, por delante de Canadá y de Rusia, y según Eurostat, el PIB per capita español se situó, en 2009, en el 103% de la media de la Unión Europea, por delante de Italia.
El territorio peninsular comparte fronteras terrestres con Francia y con el principado de Andorra al norte, con Portugal al oeste y con el territorio británico de Gibraltar al sur. En sus territorios africanos, comparte fronteras terrestres y marítimas con Marruecos. Comparte con Francia la soberanía sobre la isla de los Faisanes en la desembocadura del río Bidasoa y cinco facerías pirenaicas.
Edad Antigua:
Los iberos fueron los primeros pueblos de los que se tiene constancia escrita de que ocuparon la península Ibérica. Se sabe que había poblaciones protoiberas, por restos arqueológicos. Los griegos y fenicios fueron los que dejaron los primeros escritos, aunque nunca entraron en contacto con ellos. Los vascones entrarían en esta categoría.
Actualmente, se definen los iberos por sus rasgos culturales. Según este criterio, los turdetanos o túrdulos, que ocuparon las tierras del antiguo reino de Tartesos, se consideran iberos; mientras que, según criterios etnográficos o lingüísticos, no lo serían. La bibliografía sobre los iberos ofrece con frecuencia datos contradictorios y esto se debe a que, a veces, se adopta un criterio y otras, otro.
Castro de Borneiro prerromano en Galicia
Entre los años 1200 a. C. y 800 a. C. tomaron forma en su configuración posterior las comunidades prerromanas del noroeste y la cornisa cantábrica, entrando en la Edad del Hierro. Las poblaciones que ocupaban una amplia franja entre estos dos pueblos se conocen como celtíberos. Parece ser que las montañas en que vivían los vascones nunca fueron completamente romanizadas, por lo que se considera el origen de esta población incierto, y de seguro muy antiguo, como su lengua, barajándose la posibilidad de que se tratase de una población protoibérica.
Alrededor del año 1100 a. C., los fenicios llegaron a la península y fundaron, 80 años después de la guerra de Troya, Gadir, la Gades romana, que hoy es Cádiz. Ello sitúa la fundación en el 1104 a. C. y la convierte en la ciudad de Europa Occidental de cuya fundación se tienen referencias más antiguas. A su vez, los griegos fundaron sus colonias en la costa mediterránea de Iberia, nombre que dieron a la península.
Entre la primera y segunda de las Guerras Púnicas entre Roma y Cartago, los cartagineses invadieron la península. Sus colonias más importantes las establecieron en la isla de Ibiza y en Cartagena, nombre que debiera hacer referencia a la nueva Cartago y absorbieron otras ciudades inicialmente fenicias como Cádiz o Málaga. Derrotada Cartago, Roma iniciaría una paulatina ocupación de la península, que se prolongaría a lo largo de casi 200 años. En las primeras décadas de la ocupación los romanos tuvieron que hacer frente al largo sitio de Numancia, ciudad celtíbera ubicada en las orillas del Duero, en las proximidades de la actual Soria, que se prolongaría por casi 30 años, y a la guerra de guerrillas planteada por el caudillo lusitano Viriato. Tras la muerte de Viriato (139 a. C.), la lucha de los pueblos prerromanos contra Roma se volvería más disgregada y esporádica, aunque no finalizaría totalmente hasta los tiempos del emperador Augusto con el relativo sometimiento de cántabros y astures.
Teatro Romano de Mérida Extremadura.
La ocupación culminaría con el pleno dominio de la península bajo el poder romano y su conversión en provincia bajo el nombre de Hispania. El nombre de Hispania deriva de Ispania y este a su vez probablemente de una palabra púnica, con el significado de tierra de conejos, aunque hay otras posibilidades (ver Etimología en el punto 1 de este mismo artículo). Por primera vez aparece con sentido histórico en Tito Livio 59 a. C., que habla de Hispania y de hispani (hispanos, con sentido unitario). Los habitantes de Hispania adoptaron la cultura romana, su lengua y sus leyes, adquiriendo gran importancia dentro del imperio, puesto que incluso tres emperadores romanos, Trajano, Adriano y Teodosio, además del filósofo Lucio Anneo Séneca y otros personajes importantes, nacieron en la península.
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